Poco a poco aterrizan los planes de descarbonización en América Latina

Introducción

En dos semanas se cerrará proceso global de recepción de las contribuciones nacionales para limitar los efectos del cambio climático y manifestaciones en favor de acciones efectivas florecen en todo el planeta. La necesidad de aterrizar la agenda para el abandono colectivo de los combustibles fósiles, que se firmará este diciembre en Paris, empieza a reflejarse en el interés de aunar esfuerzos para la integración energética en América Latina y acciones en la cara este de la región. Durante el fin de semana, Paraguay ha dado conocer cómo pretende contribuir a la ecuación global definiendo cooperaciones estratégicas para la reducción de los gases de efecto invernadero. El sector público realizará acciones como la renovación de la flota de transporte público y el sector privado deberá implementar buenas prácticas agrícolas y ganaderas, al ser un sector altamente emisor en ese país, y en la región. En Argentina, el gobierno ha dado a conocer  su Plan para la reducción de emisiones, aunque está un 15 % por debajo de lo que están presentando otros países y presenta medidas controvertidas como la construcción de megaobras como las represas del río Santa Cruz, en vez de promover fuentes de energía renovable, mucho más baratas y seguras. Uruguay, por su parte, ha puesto a disposición su borrador y llevará a cabo una consulta pública este 18 de septiembre para presentar su aporte antes del 30 de septiembre a la Secretaría de la Convención. Sin duda, todos los países correrán juntos esta maratón, y la meta es limpia, transformativa y sustentable.

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Mensajes Claves

  • La descarbonización de las economías es inminente y, por tanto, es mejor trazar los procesos nacionales que reaccionar a los acuerdos que se tomarán a nivel global. Los países de América Latina están al debe con la presentación de sus planes para reducir y adaptarse a los impactos del cambio climático a nivel nacional. A la fecha menos de la mitad de los países sabe cómo llevará a cabo la transición energética y la transformación societal que el cambio global invita. Lo claro es el nuevo régimen global se está dibujando y no a carbón.
  • Recurrir a argumentos de “responsabilidades históricas” para justificar la parálisis climática es no dimensionar los impactos a escala nacional e ignorar a comunidades y pueblos. No obstante Argentina contribuye con menos de 1% de la emisiones globales, cada argentino genera más gases de efecto invernadero que un español, un francés, un italiano o un belga. Ello porque a diferencia de estos últimos en Argentina el 87 % de la matriz energética proviene de combustibles fósiles y el bosque, captador de CO2, ha sido reemplazado por cultivos generadores de CO2.  Argentina y otros países de la región, pueden rehabilitar su parálisis con medidas activas y compromisos confiables hacia matrices diversificadas y sistemas de producción  de baja intensidad carbónica y en armonía con los ecosistemas.

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Citas relevantes

  • “Hay que mirar múltiples indicadores. Si nos preguntamos si Argentina es un gran emisor desde el punto de vista de la responsabilidad histórica, la respuesta es no. Pero su presente y su proyección empieza a ser preocupante. Para los países del África, por ejemplo, nosotros somos los ricos. Hay una cuestión ética que atender. Está perimido el discurso de que porque aquel no hace nada, yo no hago nada tampoco. Obviamente hay responsabilidades diferenciadas, lo que no quiere decir que uno mire para un costado”.- Gabriel Blanco, investigador del Centro de Ciencias Ambientales y Tecnologías de la Universidad Nacional del Centro.

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