Desde nevadas a olas de calor: América Latina siente los impactos del cambio climático

Introducción

Muestras de los impactos del cambio climático se hacen sentir en todo el continente y llaman por acciones drásticas e inmediatas para la descarbonización de las economías y el aumento de la resiliencia de las comunidades e infraestructura. En el norte del continente, el invierno Mexicano no da tregua, las fuertes heladas y las nevadas más intensas en 50 años han llevado a declarar estado de emergencia en 24 de los 32 Estados, un poco más abajo, en Colombia, fuertes con ondas de calor han afectado a numerosas localidades y perjudicando, incluso, a la producción agrícola. En Bolivia, el lago Poopó, identificado como el segundo más grande del país, con más de 0,2 hectáreas, está prácticamente seco a raíz del cambio en los patrones de temperatura y precipitación y el excesivo uso del agua, incluso más allá de los límites ecológicos. El vecino, Chile, también ha visto nuevos acontecimientos vinculados al comportamiento inusual del clima; grande marejadas han azotado las costas más visitadas del país y una larga lista de manifestaciones siguen en la región. La oportunidad de atender dichos impactos está en la mesa si los países cumplen con sus promesas y realizan acciones para escalar y fortalecer los planes de acción incluidos en el Acuerdo de Paris. Este 22 de abril, en conmemoración del día de la Tierra, los países ratificarán su compromiso y, en vista de lo que sucede en la vida real, sólo existe la posibilidad de aumentar de la ambición de dichos planes.

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Mensajes Claves

  • Los impactos del cambio climático no podrán reducirse sin el abandono de los combustibles fósiles y nuevas relaciones con la naturaleza. Los impactos y consecuencias  del cambio climático ya se han dejado sentir en diversos países de América Latina y el mundo, y los pronósticos indican que aumentarán de no limitarse la temperatura global. Establecer planes activos de descarbonización de las economías, ciudades inclusivas y de baja intensidad carbónica y una transición activa a las energías renovables es parte de la respuesta sensata, posible y a la altura de los desafíos.
  • Las consecuencias del cambio climático en los ecosistemas afectan la sostenibilidad de las comunidades y el bienestar global. La reducción del lago Popoó en Bolivia es solo una muestra de las interconecciones a las que estamos expuestos producto del cambio del clima global. La desaparición del lago ha afectado el sustento de vida de los pescadores locales, causado una migración forzada y la desaparición de especies vegetales y animales a la vez que incide en la pérdida saberes y cultura altamente ligadas a las formas de vida de las comunidades. Atender el cambio climático es, por tanto, un deber local, nacional, global e intergeneracional.
  • Los planes de acción nacional considerados en el Acuerdo de Paris son un carta fundamental para hacer frente al cambio climático, pero estos deben escalarse. Limitar el aumento de la temperatura global bajo los 1,5 – 2ºC  es fundamental para evitar los efectos sistémicos y devastadores del cambio climático. No obstante, según diversos estudios los planes presentados por los países permitirían que la temperatura aumentase entre un 2,7 a 3,5ºC respecto de la época preindustrial. Si ya hemos emitido gases  hasta causar que el planeta cuente con 1ºC más de temperatura, los gobiernos deben comprometerse seriamente y actuar en una sola línea para el bienestar de los pueblos, ecosistemas y generaciones futuras.

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