Ni verde ni gris: tintes de transición energética en el Cono Sur

Introducción

La agenda de la transición energética llegó, se instaló y se queda. Desde las estrategias de desinversión de grandes fondos, que han eliminado de sus portafolios las acciones de consorcios energéticos convencionales, a cambios en el comportamiento histórico del mayor productor de crudo del mundo, las luces de la caída del mundo fósil y la llegada de una nueva era; limpia, renovable y autónoma se ven claras. Es que en el siglo XXI ya no resulta comprensible seguir con las estrategias del siglo pasado o hacer caso omiso el llamado de cientos de personas y sectores que abogan por una atmósfera limpia, ecosistemas sanos y los combustibles fósiles bajo tierra. En América Latina, los nuevos aires también empiezan a palpar las agendas pero aun a medios tintes. En Chile, el gobierno ha logrado entrar a lo que podría ser la última etapa del debate de la ley que reforma el sistema de transmisión eléctrica, no obstante esta no contempla que los nuevos polos tengan al menos un 50% de Energía Renovable No Convencional (ERNC) y tampoco inhibe a la empresa de energía estatal continuar con planes de generación de energía del pasado. En Argentina, el presidente ha lanzado esta semana su “Plan Renovar’plan nacional para energías renovables, que aspira a alcanzar la generación de un 20% de la matriz para 2025 con energías renovables y ahorrar USD 300 millones anuales asociadas a la importación de combustible fósiles. Casos como el de Brasil, que gracias al fomento de la generación distribuida de energía ha logrado un aumento de al menos un 400% de microsistemas solares conectados a la red eléctrica podrían imitarse para evitar la dictadura energética del carbono, promover la autonomía energética y la generación de “prosumidores”.

Twitter

Mensajes Claves

  • Agenda de la transición energética es una tarea prioritaria, pero no cualquiera sirve. Con el escenario para las energías fósiles es cada vez más estrecho y los países dependientes de esta fuente del pasado, como Venezuela, en situaciones de elevada fragilidad socioeconómica, cambios y transformaciones en materia de energía que se han dejado ver a través de  planes para cerrar plantas de carbón en Alemania o estrategias para posesionarse como líder en materia eólica en Uruguay. No obstante, no cualquier ley ni reforma permitirá la estabilidad de los ecosistemas y asegurará la salud de la población. Si los países realmente quieren mostrar que han entendido el desafío que plantea la cienciani nuevos polos energéticos ni nuevos proyectos de fósiles son permisibles. Una transición energética significa, por tanto, el desarrollo exclusivo de proyectos de fuentes renovables y en relación con el valor patrimonial y las demandas y necesidades de los territorios.

Recursos

Cobertura de Prensa

Argentina

Chile

Recursos y Materiales

Material Audiovisual

Citas relevantes

  • Esto hasta ahora no lo habíamos hecho en la Argentina y además estamos haciendo nuestro aporte a la mitigación del cambio climático, logrando reemplazar hidrocarburos fósiles que son contaminantes por una energía mucho más limpia».-  Juan José Aranguren, ministro de Energía de Argentina.
  • «La expansión del uso de fuentes renovables de energía destinadas a la producción de energía eléctrica tiene consecuencias favorables para el país ya que implica, entre otras, una mayor diversificación de la matriz energética nacional, la expansión de la potencia instalada, la reducción tanto del consumo de combustibles tipo fósil como de la emisión de gases de efecto invernadero y la contribución a la mitigación del cambio climático».- Resolución 71/2016 del Ministerio de Energía y Minería.
  • “Estamos ante el inicio de una revolución, ya que por primera vez la sociedad brasileña puede participar directamente de la creación de una nueva matriz energética”.- Rodrigo Sauaia, presidente de la Asociación Brasileña de Energía Fotovoltaica (Absolar).
  • “El Gobierno dice que la matriz energética, basada en las hidroeléctricas, es renovable, pero la realidad es que no es sustentable. Hay una resistencia del Gobierno a buscar otras fuentes, pero también una presión de los lobbies que favorecen a las grandes constructoras, que son grandes financiadoras de campañas y, como demuestra la Operación Lava Jato, acaban involucradas en escándalos de corrupción”.- Bárbara Rubim, Greenpeace Brasil experta en energía.

Alertas relacionadas